Este es mi rincón en donde permanezco en teoría ocho horas seguidas de mi vida. Es mi espacio y me encanta porque es mio y de nadie más dentro de lo que significa trabajar en un Hospital y sobretodo en una UCI.....
viernes, 8 de febrero de 2008
viernes, 18 de enero de 2008
Carta a Pepe
Querido Pepe,
El sábado recién pasado a las 19:30 horas partiste. Tuviste una muerte tranquila. Como dijo el Médico te apagaste como una vela y según la Vero tenías una expresión de paz en tu rostro que dentro de la tremenda pena que está viviendo, la dejó un tanto tranquila. Ya no habrán más tubos invasivos para tí , ya no más pinchazos ni examenes de alto riesgo. Te fuiste como quién se va a un viaje incierto, pero fascinante a la vez.
Tú que eras tan buen lector no te llevaste ninguna de tus colecciones ni tu Cds de Los Carpenter ni el soundtrack de Requiem para un sueño, así como no te llevaste tu sombrero de Panamá ni tu chaqueta blanca de lino, ni el Sirah que dijiste que ibas a abrir cuando salieras de la Clínica, pero nos dejaste tu alegría, el amor a la familia y a la vida.
Tampoco pudiste hacer el asado que le prometiste a cada uno de los funcionarios de la Uci en señal de agradecimiento por la atención. Quedaron cosas pendientes, todas sin mayor importancia porque te encargaste antes de partir de todos los trámites que la Vero no sería capáz de hacer después de tu ida. Pepe querido tú siempre tan visionario y tan adelantado, pensando que eramos incompetentes en lo que se refería a documentación. Una vez me dijiste que lo único malo que tenían las mujeres era ser corazón de abuela porque no veíamos las dobles intenciones de las personas hasta que caíamos.
Me acuerdo de ese día que te fueron a visitar Los Heraldos de la Virgen de Fátima y te llevaron la imagen de la Inmaculada. La pieza de la Clínica se llenó de paz y mucha gente se puso de rodillas, incluso esa enfermera con la que tanto peliabas rezó por ti y yo olvidé el Ave María porque el recogimiento fue mayor. El Heraldo habló de los designios de Dios y de los ciclos de la vida, como volviamos a ser niños en alguna parte de nuestras vidas y dependiamos nuevamente de una mano que nos ayudara.Fue una tarde en familia, llena de amigos y de fe. Todos sentimos la presencia de Dios . La finalizamos viendo Ana y el Rey, esa película que según tú siempre empezabas y nunca terminabas y por los Ventanales de tu pieza veíamos esconderse el sol por el Cerro San Cristóbal.
Toda tu enfermedad fue una profunda prueba de fe y de compromiso. Tuvimos días malos, pésimos e insoportables, pero también tuvimos días de esperanza, de alegrías y de conversaciones en donde ordenamos nuestros afectos y descubrimos que no estabamos solos frente a la muerte y que aunque siempre la consideramos infame mostró su cara amable al darnos tiempo de despedirnos en silencio porque a pesar de la tremenda angustia que a veces nos llenaba el corazón siempre estuvimos levantando nuestro cuerpo para que tú no créyeras que tenías que dejar de luchar por no hacerle daños a los demás y cuando volviste a la vida, después de esa semana de lucha interminable tanto en la Católica como en la Clínica nos dimos cuenta que el poder de la oración y de la fe hacen más que cualquier plasmaferesis o droga.
Como olvidar las oraciones de la Jaque, la que siendo amiga de tu mujer se convirtió en tu maestro espíritual, aunque después la trataras de fanática porque según tú, ella no te dejó partir. La verdad mi querido Pepe que si no partiste fue porque no era tu momento y porque Dios quería darnos a todos la oportunidad de volver a vivir porque no fuiste solo tú él que salió del coma sino todos los que en algún minuto perdimos la fe. Tampoco vamos a olividar el día en que los niños fueron a despedirse de tí y el Lucas nos demostró cual era el verdadero amor en los momentos de desesperación y a pesar de que es un niño se desprendió de su pena y de sus miedos como un hombre valiente para dejarte descansar, a pesar que su hermano sufría con esta realidad que no esperabamos y que tantas veces nos superaba.
Te vamos a extrañar. Extrañaremos tus palabras, tus consejos, tu hospitalidad y tu intelecto. Extrañaremos no escucharte de nuevo ni sentir tus palmetazos o tus bromas sarcásticas. Extrañaremos a ese Linzmayer entero y lleno de convicción que le molestaba la burocracia, la mediocridad, la deslealtad y que era tajante a la hora de definir posturas y afectos. Ese Pepe que resultó ser una máquina compleja que costaba entender, pero que era imposible no querer.
Estoy segura querido Pepe que nos vas a acompañar más cerca de lo que podemos esperar e imaginar y que las brisas del verano traeran a nuestras vidas ese cariño que siempre demostraste por los que te importabamos.
Con amor.
Valeria
Carta a José Antonio Linzmayer en el día de su funeral, Lunes 14 de enero de 2008
miércoles, 16 de enero de 2008
Qué se hace?
Siempre me he preguntado que se hace cuando hay más incertidumbre que certeza.¿Se reza?, ¿Se sueña?, ¿Se llora?, ¿Se ríe?, ¿Se tiene fe?. Dicen que esta última no debería perderse, que es de vital importancia mantenerla y que en el fondo es el aliciente o el consuelo de los tontos, como quieran llamarlo, para salir de lo malo.
Creo que lo peor que existe en emociones humanas es la incertidumbre porque la muy hija de puta no se muestra tal cual es, se esconde, rehuye de nosotros y nos esquiva.
Sería mejor sentir decepción porque la decepción es el sentimiento más derecho que conozco porque no hay espacios para íncluir el podría haber sido, el debería haber sido. La decepción es tajante. Te decepcionas una vez y no hay vuelta, aunque duela sin anestesia y aunque no lo crean, la herida milagrosamente se cierra, aunque quede el relieve de la cicatriz y por mucho que te heches rosa mosqueta te hueveará por siempre, pero sin dolor solo un escozor cuando la piel la tengas muy tirante y seca. Por eso hay que hidratarla, pero no mucho, cosa que no se acostumbre a recibir cariño y volvamos a la debilidad del pasado.
Por último y en el peor de los casos desearía sentir rabia porque así patearía tranquila la puerta de mi dormitorio o tiraría lejos los almohadones de los sillones y si sintiera que me va a sobrevenir una crisis de pánico quebraría un plato, creo que es una de las mejores terapias que conozco, Eso sí un plato caro,entre más caro mejor, cosa de sentir el ruido de la porcelana pituca reventandose en el suelo para después decir "uhhhh la cagué" y reírme un rato.
Aunque considero que la pena no es tan terrible como la incertidumbre, no sentiría pena porque la pena es la demostración de cuando se extraña algo que fue importante en tu vida y creo que es muy autorreferente. Creo que la pena y las lágrimas son sentimientos tan recondidos y casí al limite de la vulnerabilidad que no hay que abusar de ellos porque como el Ravotril, producen dependencia y si uno deja de sentirlo te da "síntomas de privación" y no me gusta andar por la vida sintiendo que el aire me falta por no haber llorado una vez a la semana.
En resumidas cuentas me carga la incertidumbre. Esta cosa de jugar al misterio autoflagelante de los afectos. He llegado a pensar que la incertidumbre es el alimento de los malditos fantasmas, esos que se resisten a morir y que por más pócimas ponzoñosas que les das sobreviven haciendo convulsiones y que a la larga siguen respirando aunque con electroencefalograma plano.
La verdad es que es tan difícil optar por las emociones, no hay antídoto ni medio de contingencia, solamente podemos prevenir con la abstinencia.
Creo que lo peor que existe en emociones humanas es la incertidumbre porque la muy hija de puta no se muestra tal cual es, se esconde, rehuye de nosotros y nos esquiva.
Sería mejor sentir decepción porque la decepción es el sentimiento más derecho que conozco porque no hay espacios para íncluir el podría haber sido, el debería haber sido. La decepción es tajante. Te decepcionas una vez y no hay vuelta, aunque duela sin anestesia y aunque no lo crean, la herida milagrosamente se cierra, aunque quede el relieve de la cicatriz y por mucho que te heches rosa mosqueta te hueveará por siempre, pero sin dolor solo un escozor cuando la piel la tengas muy tirante y seca. Por eso hay que hidratarla, pero no mucho, cosa que no se acostumbre a recibir cariño y volvamos a la debilidad del pasado.
Por último y en el peor de los casos desearía sentir rabia porque así patearía tranquila la puerta de mi dormitorio o tiraría lejos los almohadones de los sillones y si sintiera que me va a sobrevenir una crisis de pánico quebraría un plato, creo que es una de las mejores terapias que conozco, Eso sí un plato caro,entre más caro mejor, cosa de sentir el ruido de la porcelana pituca reventandose en el suelo para después decir "uhhhh la cagué" y reírme un rato.
Aunque considero que la pena no es tan terrible como la incertidumbre, no sentiría pena porque la pena es la demostración de cuando se extraña algo que fue importante en tu vida y creo que es muy autorreferente. Creo que la pena y las lágrimas son sentimientos tan recondidos y casí al limite de la vulnerabilidad que no hay que abusar de ellos porque como el Ravotril, producen dependencia y si uno deja de sentirlo te da "síntomas de privación" y no me gusta andar por la vida sintiendo que el aire me falta por no haber llorado una vez a la semana.
En resumidas cuentas me carga la incertidumbre. Esta cosa de jugar al misterio autoflagelante de los afectos. He llegado a pensar que la incertidumbre es el alimento de los malditos fantasmas, esos que se resisten a morir y que por más pócimas ponzoñosas que les das sobreviven haciendo convulsiones y que a la larga siguen respirando aunque con electroencefalograma plano.
La verdad es que es tan difícil optar por las emociones, no hay antídoto ni medio de contingencia, solamente podemos prevenir con la abstinencia.
martes, 15 de enero de 2008
¿Cómo aprender a estar perdido?....
Atada de manos con el tiempo empeñado porque la vida es más rara que justa, porque nos hace tomar decisiones que a pesar que no es lo que queremos es lo que nos conviene porque no siempre lo que queremos es lo que nos hará feliz.
Abandono parte de mi, de mi historia, de mi pasado, esperando a ver que pasa.Espero que la vida no se me arranque. Espero que yo no arranque...
viernes, 11 de enero de 2008
Por fin es viernes...
Faltando dos horas con tres minutos para salir de la fucking oficina me siento como la mina de la foto.... Libre!!!!.
Esta semana ha sido de "thriller" como diría una amiga y la verdad es que ya no me queda capacidad de asombro para seguir sorprendiéndome con las estupideces que me pasan, pero hoy en la mañana fue la peor de todas porque quedé como tonta weona neurótica y en cierta forma me lo merecía. La historia es esta: me quedé dormida y por ende salí atrasada al trabajo. A pesar que vivo relativamente cerca de donde trabajo salí corriendo con la ídea de tomar el metro para no llegar atrasada y quedar en evidencia que tengo un serio problema con las mañanas de los días viernes. Bueno bajé por la estación de Bellas Artes con Dirección a Baquedano y pasé mi Tarjeta Bip que sagradamente cargo todos los jueves porque es el día en que se me acaba la plata. El tema fue que no me funcionó y como al parecer el Transantiago no se ha normalizado comódamente le eché la culpa al sistema y me puse a descuerar desde el pelotudo de Córtazar hasta la señora Presidenta. El guardia gentilmente me ayudó y no pudo pasar la tarjeta y de repente me dice "Señorita acá hay un error" y como la verdad andaba media dormida y sin capacidad de razonar no lo quise escuchar y le dije "Qué error y que error llame inmediatamente al Jefe de Estación", nuevamente él me dijo "Pero señorita" y yo yegua matutina le dije "llámelo, por favor" y lo llamó.Llegó el supervisor y me dijo "¿Cuál es el problema señorita?", "Mire señor resulta que la tarjeta no me funciona ayer la cargué y no me deja pasar, esto es un robo, una estafa hasta cuándo????". El señor amablemente me dijo ¿Me permite su tarjeta , por favor? y se la entregué. Él la miró y me dijo "Lo que intentaba decirle el guardia es que esta tarjeta no es la tarjeta Bip sino la tarjeta de identificación de su trabajo". Me sentí en un hoyo, con mil ojos encima y una gota a lo sailor moon corrió por mi frente. No atiné a más que decir "Disculpe" y el Supervisor me quedó mirando y me dijo"Seguramente se confundió porque la tarjeta también es azul, no se preocupe", obviamente me fui a disculpar con el guardia, no me fui en metro por la verguenza y llegué atrasada. Creo que debo cerrar mi boca y poner el despertador...
jueves, 10 de enero de 2008
PROFUNDA ALEGRÍA
miércoles, 9 de enero de 2008
Envidia
Hoy tuve un ataque de envidia y celos al salir de la casa al trabajo cuando caché a mi estupenda bronceada vecina cargando bolsos en su estupendo cero kilometro jeep y terminé de odiarla cuando le ví los tirantes de su bikini amarrados en su cuello que también odio por no tener ni una maldita arruga. Todo esto fue más terrible cuando candida y amorosa me dirije un "Hola poh, ¿Cómo estaí?, ¿Cómo te ha tratado el barrio? y yo con mi mejor cara de ocho de la mañana le respondo igual de polite "Bien, gracias" y yo que quería salir arrancando pero la maldita llave no quería girar y no podía cerrar la puerta y de pronto vino la frase de bronce "Oye flaca, me voy de vacaciones a Maitencillo por todo enero, sería mucho pedirte que le eches una miradita a la casa?, te doy mis números? y me pasó una tarjeta de presentación y yo con la mitad del huevo que me había comido al desayuno alojado en la garganta, la quedo mirando y le digo "ándate tranquila no más,no te preocupes" y de vuelta tuve "Que amorosa" y yo por dentro quize callar mi boca, no pude y entre una parada de nerd y de estúpida le dije "si pa eso están las vecinas". Seguramente ella me ayudó a bajar mis cosas del camión cuando me cambié....
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